Por Cheko Cardozo

Una de las grandes producciones que nos dejó el año 2013, fue el debut de LOS ANTIGUOS: Simple. Han pasado varios años de su publicación, pero parece ayer cuando estas canciones salieron a destrozar todo, como si un monstruo sediento de devastación y caos se cargara toda una ciudad entera. Es que no es fácil hablar de un trabajo que a primera escucha te deja atónito, más hoy en día que se supone que ya está todo creado y no hay nada innovador que te pueda generar esa sensación de nuevo. Y lo más loco de todo, es que en veinte minutos pueden plantar su bandera de identidad, incluso dejándote con ganas de más…

El encargado de abrir violentamente la placa es Nervioso y ebrio, que amedrenta en los primeros segundos con esos acordes y riffs cargados de graves. La gigantesca voz del Pato Larralde se impone y te deja tieso, incluso parece que te estuviera hablando de frente, cagándote a pedos y aclarándote que no le va a temblar el pulso al ponerte en el piso de una trompada. Continuamente, La peste del sapo hace su magistral entrada. Es mi tema favorito de la placa, un sonido sólido y concreto, con la dosis de densidad justa. Son cinco personas las que están detonando el parlante, y agradezco haberme encontrado con semejante banda. El tema tiene un estribillo melódico, con coros que se te graban en la cabeza, incluso apropiándote de cada una de las palabras que se transmiten. El sureño es el encuentro con uno mismo, la reflexión y la caída libre a los pensamientos que conducen cada una de las decisiones que tomamos en la vida. Una densidad que recuerda la época más violenta de BLACK SABBATH, mezclada con la furiosa energía que emana la voz del Pato. El tema cuenta con la participación de JB Larralde en los solos, logrando encauzar el foco de atención hacia las cuerdas.

La segunda parte del álbum inicia con Los grises, un tema que trabaja una velocidad más intensa que sus antecesores, mismamente Dios de los paganos, que pareciera ser la continuación, además de contar con la participación de Cristian Rodríguez en las voces. Las composiciones se tornan cada vez más siniestras, si bien al principio era bastante intimidante, a medida que se desarrolla la placa, todo se torna más oscuro e incluso con aires de misterio. El cierre lo da Hecho a mi medida, un punto muy alto en el disco que se atribuye la consolidación de una banda que con tres meses de creación, se dio el lujo de publicar un disco de una talla tan monstruosa como esta.

Simple es la carta de presentación, es la identidad propia de una banda que supo construir desde sus inicios un fuerte indestructible. El salvajismo expuesto en cada uno de los seis temas, arremeten sin piedad para dejar en claro que no están solo de pasada. LOS ANTIGUOS tienen la cruda honestidad de partirte la cabeza en pedazos en tan solo veinte minutos, y es imperdonable pasar desapercibido ante esta gran obra.

Fotografías extraídas del disco.

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