Review: MALICIA // El Fin de las Religiones [2012]

Review: MALICIA // El Fin de las Religiones [2012]


Por Cheko Cardozo

El año 2012 se vio fuertemente marcado por la repatriación discográfica de MALICIA: El fin de las religiones. Resulta ser mi disco favorito porque, además de ser el debut en la banda de Lucas Bravo, es el último registro con Alejandro Ulrich, quien nos deja un caudal de ritmos potentes y demoledores a lo largo del álbum. Es de público conocimiento la independencia de la banda en cuanto a la producción y todo el trabajo que conlleva tan ardua tarea, por lo que vale rescatar la calidad por demás excelente de la grabación de la interpretación de cada uno de los doce temas presentados.

El encargado de abrir con un golpe letal de batería, es Rompe el viento: no alcanzan las palabras para describir semejante brutalidad que se desarrolla. Duro y sin piedad, como bien dice la letra, los machaques con violas gemelas dibujan cada segmento de la canción, hasta llegar al estribillo que parece dar los cañonazos directo al cráneo. Continuamente, como si de un enganchado se tratase, Puertas del infierno (mi tema favorito del disco) arremete con un duro machaque y arpegios, donde se desarrolla una letra que critica fuertemente a la sociedad y sobre todo al Estado que no se responsabiliza por el futuro incierto y desesperanzador de muchos pibes. Lo más interesante del tema son los cortes y cambios de ritmo fuertemente marcados en cada una de las estrofas cantadas por Maxi, quien aplica coros oscuros en el estribillo. Sed es el tema más largo del disco en el cual, con una intro que se despliega a través de fills de tones y golpes cruzados, se desarrollan acordes tensos y hasta por momentos disonantes dibujando una suerte de sincopas bastante interesante. Llega el tiempo thrashero y violento con una letra sugestiva a la problemática del agua en el mundo y lo que todo eso conlleva. En el solo se unen las dos violas para realizar melodías claras y cristalinas, un trabajo que ya caracteriza el estilo propio de MALICIA, y que vuelve a repetirse luego de terminar el estribillo. Isla de cenizas es un homenaje a los combatientes en la guerra de Malvinas, y también una crítica a la sociedad argentina que parece olvidar todo lo que sucedió durante y después del conflicto. Las melodías de los riffs sugieren sentimientos cargados de emoción, y la batería, tanto en el comienzo como en el final de la canción, emula el ritmo de tambores del ejército. Misántropo es una patada en la pera desde el inicio, una letra descriptiva que emana rabia y transpira adrenalina a cada momento, hasta que llega el cabalgante estribillo y cada uno de los instrumentos demuestra una destreza por demás atrapante. Si hay algo que me intriga mucho, es querer saber cómo es el momento de composición de cada una de las obras, incluso el duelo de violas durante el solo transmite furia constante. La velocidad no conoce de pausas, Incitación continúa contratacando, esta vez con una letra por demás emotiva ya que habla de la vida en la carretera y encontrarse con gente de otros lados con tu mismo pensar, claramente el pensamiento de la banda cuando sale de gira. Lo más interesante musicalmente hablando, es la parte del puente que se introduce con un ritmo familiarizado con el Blues para luego machacar a full con riffs con reminiscencias a la música oriental.

La segunda parte del disco la abre Contratacando, un tema de medio tiempo con un sugestivo puente acústico sumado a un recitado, como para variar el repertorio del álbum. Reloj de arena continúa la línea de su antecesor, incluso con aires más esperanzadores, según como lo perciba el oyente. A mí particularmente me transmite una sensación de lucha continua y poder fortalecerse uno mismo dentro de su propia esencia. Antes de caer juega mucho con los contratiempos durante las estrofas, pero lo que llama más la atención es su extenso sólo que incluso se divide por segmentos que terminan con una lúgubre melodía que dibuja lo que hace la voz. La guerra continúa… es la segunda parte del clásico La guerra íntima proveniente del primer disco de la banda. El tema recuerda mucho en su estructura y forma a la saga, pero es en el puente donde se explaya una superpoblación de machaques que invaden la sala donde se está escuchando el disco, mientras que los últimos segundos, son guitarras acústicas las que dibujan un paisaje reflexivo acerca de lo que escuchamos recién. Con un nombre bastante atrayente, Biogénesis es el instrumental de la placa, sin distorsión, con melodías sugerentes que dividen en tres partes, donde en la última recién se une a la orquesta la percusión. Creo que MALICIA posee mucha inteligencia al momento de repartir y ordenar la lista de temas, ya que hace que la escucha del disco sea muy agradable en todo momento. El cierre del disco es a cargo de la joya 20 años atrás, que lo interpreto como la afirmación del camino que uno elige, muchas veces un camino que es impuesto por la sociedad, y otras veces un camino satisfactorio como lo puede ser la música en la vida de una persona que se desvive por su instrumento o por el mismo sentimiento de generar arte. En fin, es un gran tema que posee grandes momentos donde cada uno de los integrantes demuestra sus grandes dotes como intérpretes de sus instrumentos.

Creo que El fin de las religiones le hace justicia plena a la incorporación de Lucas Bravo (un violero de primera calidad) a MALICIA. Con fuerte ideología y posicionamiento frente a hechos sociales, el disco encara la profundidad que siempre caracterizó a la banda, esta vez más en el plano de la reflexión más que la furia y críticas. Definitivamente, mi álbum favorito de toda la carrera de la banda.

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